“—De
acuerdo —susurró sobre sus labios—. Guirnaldas para el chat, mermelada para el
directo… ¿Algo más?
Dakota
se puso en pie con Tess en brazos, la depositó sobre la mesa después de hacerle
sitio y se inclinó sobre ella, imponiéndose con su cuerpo.
—Síiii
—murmuró en un suspiro al tiempo que empujaba el tarro de mermelada entre las
piernas de Tess—. Que empiece el directo.”
PRINCESA
Patricia
Sutherland
Jera
Romance, 2011
SINOPSIS: Theresa "Tess" Gibb es
una inglesa culta e independiente que vive en Estados Unidos desde hace quince
años. La editorial para la que trabaja en Boston, acaba de nombrarla editora de
una colección de la que se hará cargo tan pronto regrese de Londres, de visitar
a los suyos.
Pero lo que prometía ser poco más que unas
cortas vacaciones en familia, se convierte en un viaje que transformará
completamente su vida cuando recuerdos del pasado se entremezclan con la
familiaridad del entorno, y Tess se da cuenta de que lleva años echándolo en
falta.
Todo continua igual que en sus recuerdos,
entrañable y a la vez, irremediablemente pasado: su familia, su casa, su
barrio, su hermana -eternamente enamorada del vecino de al lado-...
Todo excepto él, Dakota, el vecino de al
lado, un anti-héroe por el que Tess se siente inexplicablemente atraída a pesar
de ser el amor platónico de su hermana...
Y de ser once años mayor que él.
Qué sensación incomparable te queda al acabar
una buena novela. Para mí lo son las que llegan al corazón del lector y sus
personajes permanecen en la memoria. Pues eso me ocurrió con esta historia
apasionante, apasionada, original y valiente en su planteamiento. No es
habitual encontrar protagonistas románticos más jóvenes que la heroína de la
novela. Dakota, un motero malote y descarado, lo es y se hace querer. Tess, la
chica, es toda sensatez y seriedad. Como podéis imaginar, la relación entre
ambos es explosiva.
La novela me sorprendió por su planteamiento
inicial: ¿podría una enamorarse de un hombre once años más joven? La siguiente
pregunta quise averiguarla por mí misma devorando el libro casi del tirón: de
ser así, ¿tendría futuro esa relación?
No quiero desvelar nada, sólo diré que esta
historia sobre el amor y la diferencia de edad ha sido mi gran descubrimiento.
La autora demuestra pericia y buen hacer al
mantener la atención del lector mediante la trama romántica pura y dura, es
decir, centrando el hilo narrativo en la, a priori problemática, relación de
ellos dos.
Otra cosa que me ha fascinado es el oficio
que demuestra Patricia Sutherland. Su prosa es ágil y su estilo depurado. En
cuanto al modo de describir los ambientes y transportar al lector a los
escenarios que pisan los personajes a través de la evocación de los sentidos,
sencillamente envidiable. Las novelas escritas con tal brillantez narrativa son
las que engrandecen el género romántico.
Si os gustan las novelas románticas con
diálogos geniales, personajes con carisma y erotismo con clase (¿cómo no iba a
escoger la receta de la mermelada de frambuesa?), os la recomiendo sin dudarlo.
MERMELADA DE FRAMBUESAS
1
Kg de frambuesas (o de fresas o fresones)
700
g de azúcar
Lavar y secar las frambuesas, que estén
limpias y sin magulladuras (si se hace con fresones, cortar en cuatro trozos
cada uno). Dejar enteras en un bol, cubrir con el azúcar y dejar varias horas
en la nevera. Hervir la mezcla a fuego vivo durante 20 minutos sin dejar de
remover con una cuchara de madera para evitar que se agarre. Dejar enfriar y
colocar en botes de cristal. Si se quiere conservar, deben llenarse los botes
de cristal con la pulpa aún caliente y cerrarlos herméticamente. Tras 15
minutos al baño María estarán listos para guardar y consumir.
Buen provecho y feliz lectura.