La Feria de Madrid es siempre una gozada por la oportunidad que me da de compartir ratos con todas y todos vosotros.
Siempre vuelvo a casa cargada de cariño y este año no ha sido menos. Desde la emoción de encontrarme a un grupo de chicas esperándome en la caseta media hora antes de las firmas, las risas dedicando los libros en el bar, la sorpresa emocionante de los regalos que me hacéis, como este precioso bolígrafo Swarovski.
O el detalle de traerme un limón granizado para que no pase calor mientras estoy con el boli firma que te firma.
O la chica que acudió por la tarde con TODOS mis libros en una mochila para que se los dedicara.
Detalles que me emocionan como una botella de limoncello traída expresamente desde Italia para nuestra Happykedada en el Retiro.
Una tortilla de patata compartida, o el regalo de Francisco, el señor que se acercó a la caseta con una sopa de letras hecha por él basada en mi novela REGÁLAME PARÍS y que aquí os dejo como pasatiempo...
Solo puedo decir, y no me cansaré de repertirlo, ¡gracias, mil gracias por venir!
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