Hoy os cuento una curiosidad histórica que esconde una de mis novelas. Si has leído UN DUQUE SIN HONOR, y si todavía no lo has hecho lo descubriras en sus páginas, aparece un episodio muy entrañable entre el pequeño Jeremy y lord Kedwell en el que di protagonismo a un legendario personaje de cuento infantil.
Se trata de Tom Thumb, el niño pequeñito como un dedo pulgar que dejaba migas de pan para recordar el camino de regreso. Al final de la novela el duque regala un servilletero de plata al pequeño para que no olvide la lección, y lady Oriana reconoce entonces cuánto cariño existe entre los dos hombres más importantes de su vida.
Tom Thum fue el primer personaje de la cultura popular, y el primer cuento infantil publicado en Inglaterra en versión impresa, a principios del siglo XVII. Y es un mito que, como suele suceder con el folclore oral, aparece también en otros países de Europa con distintos nombres. En España, sin ir más lejos, corresponde con nuestro Pulgarcito.
Y os preguntaréis por qué se me ocurrió. Lo cierto es que su historia me venía de perillas para enseñar la moraleja a Jeremy tras su aventura escapista. Y el servilletero, pues como suele decirse y es verdad que la realidad supera la ficción, me enamoré de este servilletero original de la era victoriana en cuanto lo vi en Internet y decidí incorporarlo a la historia.
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