lunes, 17 de abril de 2017

Haters, trolls, misóginos y envidias escritoriles en los s.XIX y XX




En épocas pasadas, y no tan lejanas como imaginamos, ser mujer era un lastre que impedía destacar en los círculos literarios. Cuando no eran vetadas por editores, eran sus colegas de oficio hombres quienes les hacían el vacío, la vida imposible o ambas cosas. Me sorprendió descubrir que en el siglo XVIII y el siguiente ya había haters y trolls.
Gracias, al menos, a algunos empeños recientes se están rescatando sus obras y dando a conocer, años y años después de su muerte.En España también. De aplaudir el homenaje realizado en Villarrobledo (Albacete) a las Escritoras en la Sombra de 2016. O la exposición itinerante de la Fundació del Llibre i la Lectura, "Nosaltres, les escriptores valencianes en el temps" que ha logrado recopilar información de 453 escritoras valencianas desde la edad media hasta hoy, y en la que yo tengo el honor de verme incluida. Y también las decenas de artículos periodísticos, antologías y estudios en diversos países, dedicados a revindicar la obra de todas sus autoras olvidadas.
Una de ellas, Carolina Coronado. Fue una poetisa española que nació en Almendralejo (Badajoz) en 1820. Logró publicar en revistas literarias y periódicos de la época, y poco más se sabe de ella. En sus mejores años no alababan su talento sino su belleza, a la que Espronceda dedicó unos versos. Mujer, guapa y con arte, lo tenía todo en contra para triunfar en el siglo XIX. 
En el siglo XX no mejoró la cosa para las escritoras. La filóloga granadina Pepa Merlo recopiló en una antología la obra de varias poetisas "Sin sombrero" olvidadas de la Generación del 27. A las novelistas no les fue mucho mejor, como explica el artículo periodístico cuyo enlace os dejo a pie de página. 
Esta injusta marginación no la sufrieron solamente las españolas, también en Nicaragua existen escritoras que fueron tratadas con idéntica invisibilidad. En los Estados Unidos de finales de los 50 y principios de los 60, incluso los escritores de la transgresora Generación Beat, contestatarios, precursores del amor libre y la psicodelia, se olvidaron de sus colegas mujeres. O fue la historia de la literatura quien las olvidó, en cualquier caso quienes cosecharon la fama fueron ellos. 
Casos de escritoras ninguneadas encontraremos seguro en todos los países del mundo, estoy segura. Pero quiero centrarme en el caso de Irlanda. Durante la fase de documentación de mi novela CON SABOR A IRLANDA (Ediciones Versátil, mayo 2017), descubrí a Lady Frances "Speranza" Wilde, que se dedicó a recopilar leyendas, dichos y supersticiones de la tradición oral. Gracias a ella no se han perdido, pero su importante labor como folclorista fue eclipsada por la obra y fama de su hijo, Oscar Wilde.
Y en ese punto, al descubrir a esta gran mujer en la sombra, fue cuando me puse a indagar y... Me solivianté al conocer irrespetuosa actitud de ciertos irlandeses que se han llevado la fama y la gloria literaria, hacia sus colegas del género femenino.
Johnathan Swift, el creador de Gulliver y considerado padre de la literatura irlandesa, mantuvo amistad con la escritora Laetitia Pilkington y su marido, un clérigo. Cuando descubrió que le era infiel, Laetitia cometió el error de pagarle con la misma moneda. Pero fue ella la única marginada por al sociedad. Su mentor, o sea, Swift, le dio la espalda también y la insultó con saña. El escándalo, en unos tiempos en los que de la mujer se esperaba exclusiva dedicación a niños, cocina e iglesia, acabó con su incipiente carrera. Pero ella maquinó una venganza muy literaria que si os pica la curiosidad podéis leer en el artículo en inglés cuyo enlace os dejo más abajo.
Entre la prensa misógina, los compañeros que no las apoyaron en absoluto -¿acaso tenían miedo del talento de ellas?- y los editores que rechazaban sus obras, qué difícil lo tuvieron estas luchadoras de la pluma.
Y aquí es donde vienen a cuenta los haters y trolls del título de esta entrada. Hubo una escritora nacida a finales del XIX, Amanda McKittrick Ros, que no sólo tuvo que soportar críticas feroces por su prosa barroquista (era su estilo, hay narradores que ni eso poseen). Además se convirtió en objeto de burla de dos de sus colegas, que como divertimento de salón apostaban a ver cuánto rato aguantaban leyendo los escritos de Amanda en voz alta sin partirse de risa. Muy mal, ¡eso no es de caballeros ni de compañeros! Me ahorro deciros de qué dos famosos escritores se trata para no destruíros mitos. Si no podeis soportar la incertidumbre, en el artículo figuran sus nombres. Pasmada me quedé, está claro que no todos los grandes escritores fueron grandes personas.
 
Fuentes:
Artículo ROMÁNTICA OLVIDADA del Diario de Córdoba 12.octubre.2013
Artículo LAS OLVIDADAS DEL 27 Ideal de Granada 27.5.2010 
Artículo LAS OLVIDADAS La Prensa (Nicaragua) 30.agosto.2013
Artículo LAS MUJERES OLVIDADAS DE LA GENERACIÓN BEAT Periódico ABC 26.febrero.2015
Artículo FORGOTTEN IRISH FEMALE WRITERS Verbal Magazine 15.septiembre.2009



2 comentarios:

  1. Si es que esto de los haters no es algo nuevo, pero ahora con el anonimato en la red, están más sueltos que antes. Me gustaría que alguno dijera ciertas cosas en persona...

    Por cierto, espero verte en Sant Jordi!

    Un abrazo!

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  2. Bueno, si yo te contara... Mejor no, que esta aventura la emprendimos para disfrutar y lo demás, humo al viento. Por supuesto, ojalá nos veamos. Yo estaré todo el día en la caseta de Ed. Versátil, en la Rambla de Catalunya. Un beso y gracias por la visita, Adriana.

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