jueves, 9 de julio de 2015

Curiosidades en mis novelas, lo barato y lo caro


Hay que ver qué diferencias descubro mientras escribo. Una de ellas, lo que han cambiado los precios a través de los siglos. Siempre he dicho que lo más complicado a la hora de documentarme es averiguar qué era caro o barato para la gente de la época.
Ahora que estoy inmersa en una historia que transcurre en 1921, veo este catálogo de una tienda de la calle 32 de Nueva York y me sorpende. Entonces la ropa de confección, lo que pronto empezaron a llamar prêt-à-porter, resultaba muy cómodo pero carísimo. A la vista están los precios. Un traje de calle de terciopelo con detalles de satín, nada menos que 25$. Un lujo, si tenemos en cuenta que una libra de pan costaba en esa misma ciudad 9 centavos de dólar, una libra de col 2 centavos, o cuando un obrero de la fábrica de automóbiles Ford de Detroit cobraba un salario de 5$ al día, muy por encima de los sueldos que pagaban a sus empleados las fábricas de la competencia.
No me extraña que toda mujer aspirara a comprarse a plazos una máquina de coser Singer para poder coser su propia ropa y la de su familia. Pura necesidad. No me extraña que las mujeres la consideraran, como decía Linette en mi novela DAMA DE TRÉBOLES "el mejor invento del siglo", dado que las liberó de la esclavitud de coser a mano toda la ropa de la familia y del hogar.

4 comentarios:

  1. tus libros son tan hermoso que no me importa pagar lo que sea, ana maria seoane riera

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  2. Eres un sol, Ana María. Gracias por tu visita y tus hermosas palabras. Un beso.

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  3. Me alegra que te guste. Gracias por la visita.

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