Yo también participo en en BlogHalloween que cada año organiza la escritora Teresa Cameselle y en esta edición lleva como lema EL FIN DEL MUNDO. Terroríficos y sorprendentes relatos cortos en un montón de blogs que os harán disfrutar y temblar durante este largo fin de semana. Aquí os dejo el mío:
EL FIN DE LOS DÍAS
—La primera vez que te leí en el foro ya noté entre nosotros esa conexión mágica —dijo paseándose por la cocina.
Se refería ése donde pasaba las noches
conversando sobre ocultismo, enigmas y profecías y él visitaba de tanto en
tanto. Ella sospechaba que era de los que se hacían de rogar. Y se sentía victoriosa,
porque a fuerza de astucia femenina había logrado conocerlo en persona. Menuda
sorpresa se llevó al saber que bajo el nik
de Anonimo se escondía un cocinero
tan famoso.
Él no dejaba de observarla mientras aquella
especie de Barby madura con aficiones
esotéricas curioseaba por aquí y por allá. Hizo amago de destapar una enorme cacerola
que cocía en un fogón pero él se lo
impidió apartándole la mano con furia. E inmediatamente le besó los nudillos para
disimular, aunque ella no pareció notar la brusquedad del gesto.
—Huele fenomenal —reconoció con una sonrisita
melosa.
—Zanahoria, apio, puerro,… —enumeró los
ingredientes del guiso que los envolvía en con su aroma apetitoso.
—Déjame adivinar, ¿tomillo?
—Premio.
Fue a besarla en los labios, pero ella lo
esquivó y se alejó un par de metros. Formaba parte del juego.
—Así que este es tu santuario —opinó
acariciando la pulcra superficie de acero.
—Mi laboratorio —corrigió con orgullo.
Nadie había logrado descubrir su secreto. Ni
los más entendidos conseguían dar con el misterio de sus sabores únicos e inimitables
que tenían de rodillas a los gurús de la crítica gastronómica internacional.
Ella lo miraba rendida de admiración y a la
vez con la dicha de quien cree haber encontrado a su alma gemela.
—Pero estoy un poco enfadada contigo —fingió
entornando los ojos.
Él sonrió y ella lo interpretó a su modo. Tan
concentrada estaba en resultar seductora que no reparó en que una de sus manos
permanecía desde hacía rato oculta a su espalda.
—¿Enfadada?
—Sí. Tenemos una conversación pendiente, ¿o
lo has olvidado?
—Esta noche no me apetece hablar del fin del
mundo.
—Pero tendrás una opinión —insistió. Él
simulaba escucharla, aunque sólo tenía en mente otro asunto crucial que ella ni
sospechaba—. Los escritos son reveladores —continuó con sus teorías cansinas—.
Está claro que el fin de los días se acerca: el Armagedón, el Apocalipsis, la Nueva Era …
Se acercó y la agarró del talle deslizando la
palma abierta hacia su espalda. Se inclinó hacia ella, obligándola a retroceder
un paso; ya la tenía acorralada contra una encimera. La besó en el cuello y
notó que temblaba. Se mordió el labio y apretó el mango del cuchillo con ansia
sanguinaria dispuesto a mantener el secreto de su genialidad culinaria a
cualquier precio.
—Ya que insistes en ponerle nombre, no
olvides esto —le susurró al oído a la vez que le hundía el filo en las costillas—.
El fin de tus días se llama estofado.
Y como postre os dejo el retrato zombie que me ha regalado el genial diseñador gráfico Chema Barragán. Happy Halloween, amigos.
Oli, este es el final del que escribiste el año pasado?? Por si acaso no nos fiaremos de los cocineros, jajajajaja.
ResponderEliminarNooo... que el año pasado era carne crudaaaaaaaa... Besos, María Helena.
ResponderEliminarHola!...vengo de lo de Teresa y me encuentro con una receta que espero no tener nunca oportunidad de probar! jejeje...
ResponderEliminarUn relato escalofriante que demuestra que no siempre son fiables los "artistas" que no quieren revelar sus "secretos"
=)
Saludos de halloblogween!
Feliz halloween, Neogéminis. Fíate de los secretillos culinarios...
ResponderEliminar¡Hala! ¿No querías taza? Pues taza y media.
ResponderEliminarxD
Buenas, Olivia. Participo, como tú, en el Halloblogween. Encantada de visitarte.
Besos y feliz fin de semana.
Pd.: tu blog tiene activada la palabra de verificación y es un tremendo rollo. Por si decides eliminarla y no sabes cómo, te dejo el enlace de mi otro blog (no el de los relatos) donde lo explico:
http://sombrasdeunimaginario.blogspot.com.es/2012/06/por-defecto-un-inconveniente-la-palabra.html
;)
Oh, gracias! No sabes cómo te lo agradezco porque no sabía cómo eliminar la palabreja de marras. Gracias por la visita, esta noche me pongo al día con los relatos de todos los bogs halloweeneros.
ResponderEliminarMe ha gustado el desarrollo del relato aunque ya me iba oliendo un poco a chamusquina al ir llegando al final. Después de leerte además de la crisis ya tenemos otra disculpa para no comer fuera de casa, a saber que le echan al estofado.
ResponderEliminarEngorabuena.
Saludos.
Hola Olivia, este Walloween ha traido de bueno muchos blogs nuevos para leer, un placer visitarte.
ResponderEliminarUna historia que te quita el apetito jejeje, habrá que tener cuidado con algún que otro cocinero y sus estofados.
Un abrazo.
Alicia, San, gracias por vuestra visita y por dedicar vuestro tiempo a mi relatillo. Un besote.
ResponderEliminarDe verdad, Liv, no tengo ninguna curiosidad por ir a tu casa a verte cocinar... jajaja. Desde luego sabes quitar a una el hambre...
ResponderEliminarMe ha encantado. ¡Enhorabuena!
Un beso
Vaya con el cocinero, podía haber sido un poco más gentil. Me he quedado enganchada al relato desde la primera línea. Te felicito.
ResponderEliminarAh, y la foto fantástica.
Un saludo.
Gracias, Lu y Maribel.... ¡¡¡Dame un puchero, imaginación y la lío!!! Un beso.
ResponderEliminarHola Olivia, estupendo relato, con un fino humor gastronómico. Es que a muchos cocineros les gusta guardar las recetas a buen recaudo y no les gusta que les copien sus guisos. Algunos hasta matan por ello.
ResponderEliminarPrefiero no decirte que sales favorecida en el retrato, pero desde luego está muy logrado.
Un abrazo
Ja jaaaaaaaaa... Muchísimas gracias, José Vicente. Me alegro de que te guste el relato (la foto tambiénnnn)
ResponderEliminarPor cualquier cosa no voy a aceptar ninguna invitación de hombres cocineros jajaja
ResponderEliminarUn relato genial que mantiene el suspenso hasta el final.
Un abrazo.
No se si la próxima vez que coma estofado lo miraré con los mismos ojos de siempre... ;)
ResponderEliminarMuy bueno y original tu relato.
Gracias por tu visita a La Bitácora y se bienvenida.
Saludos!
Mar, Sindel, gracias por la visita y por leer el relato. Besos.
ResponderEliminarQue horror, no seré yo quien me codee con chef famosos y entre en su cocina, por su acaso. Muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo
Lola
Fíate, fíate.... Gracias por la visit, Lola. Besos.
ResponderEliminarCreo que no comeré nunca más estofado.
ResponderEliminarEl retrato GENIAL.
Oliviaaaaa, prefiero tu tarta de manzana.
ResponderEliminarUn relato sensacional ummmmm.
Si somos lo que comemos, este es un relato para paladares exquisitos, para gourmets de lo macabro.
ResponderEliminarGenial.
Un abrazo.
Mari Carmen, José Antonio, Menchu, Tracy, ¡no aborrezcáis un plato tan delicioso por culpa mía! Que esto es sólo ficción.... ¿o no?
ResponderEliminarBesos.
Me lo estaba viendo venir, el secreto del sabor de sus estofados. Es una historia como la del libro "El Perfume". El principal ingrediente viene de la mano de la muerte.
ResponderEliminarUn beso.
De sabores y aromas... qué cosas tienen los secretos de los creadores.... Un beso, Leonor, y gracias por la visita.
ResponderEliminarSiempre me ha parecido que los ligues por Internet suelen salir rana, y éste, encima, caníbal. ¿O no se come sus propios platos?
ResponderEliminarTerrorífico y encima casi sabroso.
Gracias por participar ¡
Éste se ve que cocina sus delicatessen para los demás... ja ja. Besos.
ResponderEliminarFiarse de nicks anónimos y quedar... atrevida que era la señora y por ello, le salió cara la cena.
ResponderEliminar¡No hay que fiarse...! Saludos y gracias por la visita.
ResponderEliminarSaludos Olivia, vengo tarde porque estuve fuera, disculpas.
ResponderEliminarHay chef que por mantener el secreto de una receta son capaces de todo y la curiosidad a veces resulta letal. No probaré estofado en una temporada y únicamente si conozco al cocinero.
Cocina infernal muy bien cocinada, besito.
Gracias Natalia.... Voy a tener que hacer una entrada reivindicando el estofado... ¡no le toméis manía! Un besito y gracias por la visita.
ResponderEliminarMuy bueno, Olivia. Menos mal que tiene que ver con el estofado y no con los postres :)
ResponderEliminarLlego años después, para encontrarme con este cuento tan efectivamente terrorífico. Ella insistió con un tema, encontrando una respuesta contundente, que no era la que esperaba. Y parece que no tendrá escapatoria.
ResponderEliminarSaludos desde el recién iniciado 2021.