Hace unos meses, José Antonio Quesada, editor de la malagueña Rúbeo, lanzó un desafío: una convocatoria de relatos mínimos cuya extensión se medía en caracteres y no en palabras. Qué sorpresa me he llevado al saber que MI TORMENTO, mi diminuta historia de 33 palabras, forma parte ya de la antología EPIDERMIS que estará disponible a partir del 20 de noviembre. Estoy deseando leerla porque escribir micros tan cortísimos que encierren una historia con detonante, nudo y desenlace era un reto salvaje. Mi aplauso a todos los compañeros de páginas (que de momento aún no se ha desvelado y estoy deseando también saber quienes son). Y un gracias enorme a Rubeo Ediciones por apostar por ese género tan bonito que es la narrativa breve, valentía digna de aplauso en los tiempos que corren.
¿33 palabras? sí que es todo un reto. Estaré atenta, porque me llama la atención muchísimo.
ResponderEliminarY a ti enhorabuena porque hayan escogido tu microrelato.
Besos!!!
Difícil no, Arantxa, ¡lo siguiente! Yo también tengo mucha curiosidad, estoy deseando que me llegue por correo. Un beso.
ResponderEliminar¡Felicidades! Y ojalá más editoriales tomaran este tipo de iniciativas. Yo una vez participé en un certamen cuya única condición radicaba en no poder utilizar la letra "a". Caótico.
ResponderEliminarUn beso, Olivia.
Madremía! Pues eso sí que es un reto que en castellano la A se usa a toda hora. Mucha suerte en ese concurso. Un beso.
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